miércoles, 5 de enero de 2011

A Single Man. Un buen comienzo.

Tom Ford, ampliamente conocido y respetado en el mundo de la moda, es un diseñador que me ha sorprendido gratamente.
No sólo por los increíbles diseños de sus trajes, si no también, por su primera y única película: A Single Man (Un hombre soltero).

Comienza el día, un día fatídico, como todos los demás.
Dolorosos recuerdos que hacen que no tengas ganas de seguir adelante. La vida es insignificante, llena de dolor. Pero a veces hay buenos momentos que te hacen revivir, pequeños detalles en la vida, que en realidad, son lo más grande de la misma.
Este es el trasfondo al que nos lleva Tom Ford para desmenuzar la vida de nuestro protagonista.

El filme, basado en la novela de Christopher Isherwood, nos narra un día en la vida de un profesor universitario de literatura inglesa (interpretado de manera excepcional por Colin Firth) que debe replantearse su vida después de sufrir la pérdida de su compañero sentimental en un trágico accidente de tráfico.


El increíble gusto estético de Tom Ford permite dotar a la película de una textura impresionante, casi palpable, transportándonos visualmente a la sociedad norteamericana de los años 60.

La fotografía es extraordinaria, llena de delicadeza y emoción contenida. Su estética, impresionante labor de vestuario, maquillaje y decorados, la música, que se convierte idónea en cada ocasión poniendo los pelos de punta, y las notables interpretaciones por parte de un reparto único, llevan a cabo una historia que sin duda toca más de una fibra.
Es inevitable no sentirse identificado con la pérdida y la desesperanza, frente a la incertidumbre del futuro.

El gran atractivo de esta película reside en la fascinación que este diseñador demuestra por la seducción y la belleza de sus personajes, a través de primerísimos planos muy sensuales, jugando con los colores y su saturación, como en la escena, de inesperada y morbosa presencia, del modelo bilbaíno Jon Kortajarena, que interpreta a Carlos, un joven que experimenta un encuentro casual con George (Colin Firth). Parece la viva imagen de Jeans Dean.

Podemos ver que en su ópera prima, Tom Ford hace con impecable estilo homenaje a grandes autores del cine como Wong Kar Wai, Luchino Visconti y Pedro Almodóvar, que se hace presente en sus secuencias a cámara lenta y en la belleza visual de sus escenas, como aquella escena del camino en coche que hace George desde su casa a la universidad.


Una historia conmovedora y muy universal sobre cómo aprender a aceptar el aislamiento y la soledad que todos sentimos alguna vez en la vida y sobre la importancia de vivir en el presente y no anclarte en el pasado.

Por último, me gustaría dejaros una secuencia en la que Colin Firth da una charla sobre el miedo a las minorías. Una de las mejores piezas de la película.


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