viernes, 14 de octubre de 2011

Terror basado en hechos reales: Bajo Cero VS Arrecife.

Desde “aquellos maravillosos 70” se relaciona el cine de terror con la posesión diabólica. La culpa fue de  William Peter Blatty que en 1972 publicó “El Exorcista”, obra que sólo en Estados Unidos llegó a vender cerca de trece millones de ejemplares. La novela está basada en hechos reales y se dice que el propio Blatty recortó los titulares de un caso de posesión ocurrido en Maryland durante los setenta. Eso sí, en el caso real, el poseído fue un niño. Fue  William Friedkin  el que dirigió esta obra maestra en el ´73.
Friedkin  ganó el Oscar a la mejor película y al mejor director por “The French Connection” en el ´72 por lo que imagino que no le galardonaron al año siguiente por “El Exorcista” (aunque tenía las mismas candidaturas). Naturalidad, la película emana naturalidad, te saca del sofá para meterte en la cama de Reagan. Vives la agonía del padre Merrin, la pérdida de la fe del padre Carras, el sufrimiento de una madre… creo que es esa estética hiperrealista lo que le da en parte su merecida fama a la película. Ese realismo le da al film un ritmo lento, conociendo a cada personaje a fondo, en un primer acto magistral a mi parecer NECESARIO. Técnicamente la película es en una palabra: PERFECTA.

En 1974 apareció “La Matanza de Texas”, el impresionante film de Tobe Hooper.
Aterró a millones de espectadores recaudando 30 millones de dólares cuando el film había costado 140 mil. El film  está impregnado de nuevo por esa naturalidad y ese hiperrealismo, hasta el punto que Franklin (Paul A. Partain) uno de los personajes protagonistas es parapléjico.  La película parece más una película Europea, y es que Hooper escribió, dirigió y se ocupó de la producción, con el escaso presupuesto ya mencionado.
El cuadro alterna entre planos aberrantes-magistrales y con unos “plano secuencia”, que aunque pretendían llegar a serlo (rollo Wells, ajaja! Ejem!), recuerdan más al “falso documental” de hoy en día. Y casualmenteson estos últimos “plano secuencia” los que casualmente le dan su respetable fama a la película. 
Todo el mundo sabe que “La Matanza de Texas” está basada en hechos reales.

Y eso que tienen en común “El Exorcista“ y “La Matanza de Texas” lo tienen “Bajo cero” (“Frozen” 2010) y “Arrecife” (The Reef 2010).

“Bajo cero” cuenta las andanzas de tres jóvenes, que se van a esquiar (en un caso) y a hacer Snow (los restantes).
Por cosas del destino se quedan colgados, literalmente hablando, durante tres días.
El film podría estar basada en hechos reales, porque… ¿quién no se puede quedar colgado en un telesilla durante tres días cuando va con sus colegas a esquiar? Es lo típico, nunca pasa, pero PUEDE PASAR.

Y es ese “puede pasar” lo que aterra. Por ese realismo, y ese diálogo que aparentemente es “naturalista”, “casual” o rematadamente “banal”.
Pero tristemente he de confesar que “Bajo cero”, no está ni por asomo basada en hechos reales aunque me gusta decir a la gente que sí.

“Arrecife” si está basada en hechos reales: unos turistas pretenden hacer submarinismo en Australia, pero unos arrecifes rajan el casco del barco y este se “medio” hunde. Los turistas optan por saltar al mar y llegar nadando a una isla, mientras que el capitán del barco opta por quedarse en el barco “semi-hundido”, diciendo literalmente: “no pienso meterme en esas aguas después de lo que he visto”. (No se vosotros pero yo hubiera hecho caso al capitán)
La película tiene ese ritmo lento del que hablamos, con un primer acto creado específicamente para adorar e identificarnos con unos protagonistas que nadan a su muerte.
Los tiburones no comen seres humanos… pero PUEDE PASAR.

El cine de terror de hoy en día, nada tiene que ver con posesiones, fantasmas, o “serial Killers”.
Hoy en día, el cine de terror, nos habla de situaciones en las que todo va a peor, por una razón que sencillamente se nos escapa y el cuerpo de la película es la búsqueda de esa extraña razón. En resumidas cuentas, el miedo a “no poder controlar nuestro destino”.

sábado, 25 de junio de 2011

INSIDIOUS: Terror Vs Suspense.

Se trata del último trabajo  de James Wan, director y guionista de las dos primeras partes de SAW.
Hay quien la calificaba de obra maestra y por ello no tarde en comprar mi entrada.  No me sentí decepcionado,  precisamente porque me esperaba lo peor. 
Una familia se muda a una casa (otra vez) y tras lo que parecen ser experiencias paranormales, el primogénito no despierta, quedándose en un coma inexplicable para los médicos. Tras otras experiencias paranormales, la familia decide mudarse, pero los problemas continúan, y no solo eso, si no que van a más. Seguir escribiendo sobre el argumento seria dañino para los lectores, asi que os dejo con las ganas.
No creo que “Insidious” sea ni por asomo la obra maestra de James Wan pero desde que la vi, meto a James Wan en mi lista de maestros del terror. Porque  sé que en un futuro nos sorprenderá a todos, no sé si con la siguiente, o con la siguiente de la siguiente, pero esta claro que  James Wan prepara algo gordo. Y es que solo hay que ver su filmografía. Primero con Saw, su primera aportación a la industria del cine que rompe con las barreras de hasta tres géneros: terror, suspense y  gore.

Después me sorprendió con “Silencio desde el mal”, una película de género: Terror, disfrazada de suspense para hacer taquilla. El film cuenta la historia de un muñeco ventrílocuo, con maldición incluida. La peli paso desapercibida ya que la distribución la pinto de gore-suspense decepcionando a todos los freaks del género. A mí  me parece una de las mejores películas de terror de la última década.
Su siguiente película fue “Sentencia de muerte” una especie de thriller con Kevin Bacon resurgiendo en 2008. Y retornó al género que le dio su merecida fama con “Insidious”.
Con esta última, Wan rompe de nuevo las barreras del género, con una película de terror-suspense (lo que hoy en día vende) que concretamente,  encanta a los fans del suspense, pero que decepciona a los fans del terror, que esperan la película de terror del siglo.
Es inevitable que un film que tiene absolutamente todos los elementos de las mejores  películas de terror: desde la Profecía, pasando por El resplandor, Al final de la escalera, el Exorcista, El sexto sentido, The House of Haunted Hill, con guiños a Halloween, a la habitación del niño, la Casa maldita… en fin, que una película tan completa debe  sostenerse sobre un guión que justifique estos acontecimientos. Pero hay TANTOS acontecimientos que cada punto de giro es más dispar que el anterior, perdiéndose esa especie de estética terrorífico-realista NECESARIA que tienen las películas del género. De Insidious se podrían hacer tres películas.
Una película de terror necesita verosimilitud,  pero en Insidious se pierde a los veinte minutos. El detonante, al igual que los puntos de giro no son más que pretextos para colocar a los personajes en situaciones completamente diferentes entre sí, en escenarios perfectos donde poder seguir asustando… Esto lo hace todo más increíble de lo que ya es.
Otro gran  error, a mi parecer  es la evolución de los escenarios mencionados, ¿no sería mejor empezar con lo menos serio, o de más parecido al serie B  para después coger un tinte más realista, hacia el final? Pues no, empieza como una película seria de terror para convertirse casi en una película de zombis-fantasmales, que puede que no te coman pero si te ¡poseerán!
En su defensa he de decir que cualquier amante del suspense gritará y reirá... mientras los amantes del terror pasarán un buen rato.

jueves, 16 de junio de 2011

Fantasmas de Marte: Jonh Carpenter.

La penúltima película del rey, del amo del terror, producida en 2001.
“Desde hace una década soy fan de Carpenter”- pensé cuando la volví a ver.
El film, al que califiqué primero como una de las peores películas del artista, me ha sorprendido gratamente y es que en 2001 mi concepción musical y del serie B,  no abarcaba tanto como para entender que “los fantasmas” son un mero macguffin para convertir a los mineros de un pequeño pueblo de Marte en “góticos-sadomasoquistas-zombis-vampiros-rockeros” que no dudarán en  hacer arder el pueblo y en convertirte en un Macpollo. Lo que claramente es un argumento de, permitirme la palabra, “fumaos”, se convierte de la mano de Jonh Carpenter en una de las mejores películas de Zombis del siglo XXI. Y es que Carpenter es mucho Carpenter.
La película narrada en flashback por medio de la teniente, rollo thriller político, cuenta como su equipo falló en su misión al no poder trasladar de una prisión a otra a Desolación Williams (un fuera de ley interpretado por Ice Cube (lo peor de la película) de su prisión en el mencionado pueblo minero maldito. Por lo demás podríamos decir que la película tiene todos los elementos Carpenterianos: efectos especiales de los ochenta, maquetas, gags tronchantes, y típicos diálogos de serie B, como : ¡morir hijos de puta! o ¡vamos a darles por el culo!
Un elemento identifictorio del film es sin duda como el virus se transporta de un lado a otro por el aire, utilizando el recurso del plano subjetivo (recurso llevado a la perfección por Carpenter  en “La noche de Halloween”) poniéndonos en la piel del virus, utilizando una especie de filtro rojo (al igual que en el Predator (1987) de Jonh MCtiernan) creándonos tensión: ¿a quién de los personajes poseerá el virus? También la película debe mucho a “Posesión infernal”(1981) de Sam Raimi.
En conclusión si sois góticos y no habéis visto esta película… haceros “Mods”.
Y por último y sin que se me olvide, encontramos en el film drogas del futuro que los personajes  toman por placer, que entre otras cosas, sirven para que el virus no se apodere del todo de uno. Y como no ¡la aparición de Jason Statham con pelo!

miércoles, 9 de marzo de 2011

Chungking Express. La cuarta película de...¿un maestro?

Tras un largo tiempo admirando la carátula de My Blueberry Nights convencí a terceras personas para verla...y sin más. Una buena historia con detalles magistrales de dirección. Acompañada de una impecable y maravillosa fotografía que implica una "humanización" del color. Éstos nos hablan sobre el estado de ánimo de Jude Law, al que "como no" le ha dejado su chica. "La tarta de Arándanos" se convierte en metáfora, como "las latas de piña" que Tony Leung, el Agente 663, compra frenéticamente en Chungking Express. 
Un elemento común en la mayoría de las películas de Wong Kar Way.
No importa cual sea el objeto o su forma, "lo que importa es la conexion que ello implica" (esta última frase no es mia, se la dice una máquina a Neo en Matrix Revolution.)
En Chungking Express hay dos partes o tramas principales, que se unen entre sí a traves de los personajes y lugares. El llugar: un puesto de comida rápida. El mismo tema, el desamor, camuflado en la primera parte por la inocencia-tontuna de Tony Leung y por los disparos de Brigitte Lin. Estos elementos
hacen que a mi gusto esta primera historia sea claramente diferenciadora y por consiguiente triplemente mejor que la segunda. En la segunda historia se crea un conflicto un tanto forzado,al igual que el desarrollo y el final. Aunque Wong Kar Way pretenda explicarlo haciendo que sus protagonistas,
Takeshi Kaneshiro y Faye Wong, sean unos desiquilibrados mentales. No tiene nada que ver con el amor de Jude Law por Norah Jones en My Blueberry Nights, que teniendo exactamente los mismos elementos, funciona muchísimo mejor.
Por último, lo mejor: el montaje. Así como el color de Christopher Doyle y Keung Lau Wai, que hacen que Chungking Express sea lo que es. Wong Kar Way pone la guinda.

domingo, 9 de enero de 2011

Jackie Brown. La perla olvidada de Tarantino.

Me puse Jackie Brown una noche tranquila (por que ya era hora) y de mala gana ya que al parecer ciertos freaks la ponen a parir(no entiendo muy bien por qué).

Tenía la película desde hacía ya algun tiempo y desde el principio me enganchó. Es esa clase de películas que al terminar te dejan con una sonrisa de bobo en la cara pensando en las cosas que has visto, lo que no has visto pero te has imaginado, y lo que podrías haber visto pero la historia no ha querido enseñarte ni dejar que imagines. Un SOBRESALIENTE que no había contemplado en Tarantino desde Pulp Fiction(1994).
(Kill Bill tiene un notable, ¿¡vale!?)

Basada en la novela Rum Punch de Elmore Leonard, Tarantino casi no toca el diálogo y desempeña más la función de director que de guionista.
Ordell (Samuel.L), es un traficante de armas de poca monta que se carga a un socio antes de que este joda su operación. Pero ya es tarde porque Bobon(su socio), ya ha largado parte de sus operaciones a la policía. Jackie Brown (Pam Grier) que trabaja para Ordell transportando dinero desde México, es sorprendida por la policía y encarcelada. Sobre este panorama, más las subtramas encarnadas por actores como Robert De Niro, Bridget Fonda y Michael Keaton, la película construye esa jungla de asfalto. Un enfrentamiento entre la lucha por el dinero, contra la lucha por la justicia.

Tarantino con Jackie Brown homenajea el "Blaxploitation", con dos diferencias o añadidos Tarantinianos: 1. No todos los actores son negros y 2. Se rodo en el 97.


En Reservoir Dogs (1992), también encontamos ciertas pinceladas del "Blaxploitation": movimiento cinematográfico que nació en los EEUU en los setenta cuya musa es Pam Grier, la protagonista de Jackie Brown. (También se identifica con el género musical que constituían las bandas sonoras de dichas películas. Algunos de los principales artífices del género fueron Curtis Mayfield, Isaac Hayes, Roy Ayers y James Brown.)


¿Características del Blaxploitation? Un heróe de color en un mundo de negros (chungos) enfrentados entre ellos por dinero, putas, armas o drogas, y como target la audiencia de raza negra de entorno urbano.

Aconsejo a los freaks que vuelvan a visionar la película ya que es PURO TARANTINO, por mucho que sólo adapte la historia (ya que cambiar cualquier detalle de la novela me parecería PECAMINOSO) y falte sangre (hay la justa y necesaria).
Además no hay secuencia en la que Bridget Fonda no enseñe sus pies desnudos. ¿Qué hay más Tarantino que eso?








miércoles, 5 de enero de 2011

A Single Man. Un buen comienzo.

Tom Ford, ampliamente conocido y respetado en el mundo de la moda, es un diseñador que me ha sorprendido gratamente.
No sólo por los increíbles diseños de sus trajes, si no también, por su primera y única película: A Single Man (Un hombre soltero).

Comienza el día, un día fatídico, como todos los demás.
Dolorosos recuerdos que hacen que no tengas ganas de seguir adelante. La vida es insignificante, llena de dolor. Pero a veces hay buenos momentos que te hacen revivir, pequeños detalles en la vida, que en realidad, son lo más grande de la misma.
Este es el trasfondo al que nos lleva Tom Ford para desmenuzar la vida de nuestro protagonista.

El filme, basado en la novela de Christopher Isherwood, nos narra un día en la vida de un profesor universitario de literatura inglesa (interpretado de manera excepcional por Colin Firth) que debe replantearse su vida después de sufrir la pérdida de su compañero sentimental en un trágico accidente de tráfico.


El increíble gusto estético de Tom Ford permite dotar a la película de una textura impresionante, casi palpable, transportándonos visualmente a la sociedad norteamericana de los años 60.

La fotografía es extraordinaria, llena de delicadeza y emoción contenida. Su estética, impresionante labor de vestuario, maquillaje y decorados, la música, que se convierte idónea en cada ocasión poniendo los pelos de punta, y las notables interpretaciones por parte de un reparto único, llevan a cabo una historia que sin duda toca más de una fibra.
Es inevitable no sentirse identificado con la pérdida y la desesperanza, frente a la incertidumbre del futuro.

El gran atractivo de esta película reside en la fascinación que este diseñador demuestra por la seducción y la belleza de sus personajes, a través de primerísimos planos muy sensuales, jugando con los colores y su saturación, como en la escena, de inesperada y morbosa presencia, del modelo bilbaíno Jon Kortajarena, que interpreta a Carlos, un joven que experimenta un encuentro casual con George (Colin Firth). Parece la viva imagen de Jeans Dean.

Podemos ver que en su ópera prima, Tom Ford hace con impecable estilo homenaje a grandes autores del cine como Wong Kar Wai, Luchino Visconti y Pedro Almodóvar, que se hace presente en sus secuencias a cámara lenta y en la belleza visual de sus escenas, como aquella escena del camino en coche que hace George desde su casa a la universidad.


Una historia conmovedora y muy universal sobre cómo aprender a aceptar el aislamiento y la soledad que todos sentimos alguna vez en la vida y sobre la importancia de vivir en el presente y no anclarte en el pasado.

Por último, me gustaría dejaros una secuencia en la que Colin Firth da una charla sobre el miedo a las minorías. Una de las mejores piezas de la película.