El arte camufla lo malas que son y hace que sean perfectas para dormir.
Para quién no lo sepa, el arte de una película engloba forillos, decorados, vestuario, etc.
Sherlock Holmes (Guy Ritchie, 2010) prometía ser una gran película debido a la dirección, la producción (Silver producctions) y el reparto. Por no hablar de la fotografía o los efectos visuales.
Un mejunje con un director SEMI-ALTERNATA, haciendo una película de una historia clásica de aventuras con una estética y un reparto MEGA-COMERCIAL.
Sherlock y Watson cazan a lord Blackwood, que por medio de lo que se supone que es MAGIA, vuelve de entre los muertos una vez ahorcado para seguir haciendo de las suyas (rollo masón-sectario).
Igual que en los libros, se palpa esa lucha de lo sobrenatural o las creencias supersticiosas contra la lógica y la ciencia de Sherlock, representado aquí con un final plagado de ANAGNORISIS (cuando al personaje se le revela algo) y jugando al FLASFORWARD durante toda la película.
En plan: ¡Era un truco, no era magia!

La película se hace larga, aburrida y muy predecible. Sin el arte y sin Guy Ritchie (que deja alguna pincelada técnica visible) la película NO TIENE NADA!
Alicia en el País de las Maravillas (Tim Burton. 2010) peca más de lo mismo, con la diferencia de que Tim Burton si es reconocido por su fantástico arte (Burton empezó en cine como creativo de Disney). Sin embargo también es reconocido por esos personajes oscuros y atormentados que siempre aparecen en sus películas. Y en Alicia no se ve nada de eso, solo vemos arte, arte y más ARTE. Seguro que hay una explicación lógica para que la reina blanca, tenga el pelo blanco y las cejas negras…pero ¿por qué una niña de veintipocos tiene que salvar a ese mundo FANTÁSTICO? Es todo un misterio. Y es la jodida base de la película.
Alicia ya es mayor y huye de su futuro marido impuesto. Así tropieza y cae por la madriguera para llegar a un mundo (en el que ya estuvo pero no recuerda) dónde todo el mundo espera que les salve de la tiránica reina de corazones, acabando con el dragón, que ésta controla.
Tanto Sherlock como Alicia son películas perfectas para dormir, a falta de valium buenas son superproducciones malísimas de arte cojonudo.